ahora lo sé
puedo mirar, contemplar
puedo sentir conejos
ardillas y aleteos de colibrí
adentro, en las rodillas
cuánto miedo da volar
sabiendo que luego
vamos a aterrizar
sin volver a arrojar el corazón al aire
aunque el cielo sea el amor
sin volver a arrojar el corazón al aire
aunque el cielo sea el amor