24 oct 2018
20 oct 2018
19 sept 2018
El mundo está mal me dice un padre mirando a sus hijos que miran Netflix. A qué mundo fueron traidos... se lamenta padre. Me marcan, me miden. Que me enojo, que no hago lo que hace mamá aunque ella esté igual de cansada. Pero el mundo es un refugio en ellos. Qué pasará. Amigo sonríe, por fuera me abraza, por dentro el secreto, amigo me habla y por dentro lo observo. Amigo secreto e infiel. Conmigo, mi alma. No encuentro canción. Alguna, solo una. Pero un relato simple y penoso, ni pinturas que traten su tema. Está sin arte, sin vuelo. Nunca lo tuvo, ella tampoco. Lumpen de plata y lumpen de abulia. De ella cuelgan dos cables. Suspendida. Cruzando barreras.
Padre sostiene que no hay que pensarlo mucho para tenerlos. Lo racional sirve para un sodeado, para sin hijo. Ella siempre le gustó familia. Le calentaba.
Mientras estoy afuera, golpeando el vidrio, en el mar de una isla, pidiendo que la cierren. Las ventanas son públicas. Y no puedo ser voraz. Quería. Ser, solo ser. Como aquél otro, como padre amigo, como amante. Y no encontré canción de espejo, ni nada a que se le pareciese.
Ahora me siento en la puerta de la muerte. Miro la luz triste de mi felino, mi alma preferida. No lo veo en el emvase, ya no es más su cuerpo. Después de su visita, la bolsa blanca y el ataúd, no reconozco a mis seres cuando ya no respiran.
Me fui. Fumando el último cigarro de mi vida. Viajando hacia el último engaño. Allá en la cima, las montañas. Puras.
Padre creía ser fuerte, me dice, pero hija tiene la mirada de sus puntos débiles. Padre se acuesta. Padre sueña en un futuro horrible. Pero duerme. Y yo no. Solo viajo. Escapo en la canoa azul de mis deseos. Pienso en ellas que me abrazan, esas manos de la brisa blanca, como las sábanas de mi propio cuerpo celeste.
17 sept 2018
31 jul 2018
mi niño rana llevame a navegar
en tu espalda dorada por el sol
deja que me aferre a tus dedos
mi niño rana, llévame lejos
manos blancas que no ven el cielo
van al medio de la nada acuática
no es traición mi niño rana
pero no me preguntes por qué
solamente allí soy pulsión
y aunque me hunda abrazado a tí
en el fondo del verde lago
nuestros cuerpos juntos dormirán
con mi cola de escorpión
y tu espalda de oro ahogada
26 jul 2018
23 jul 2018
22 may 2018
una parálisis de amor Ak-47
que me dejó muriendo
en una cama con colchón KingSize
que se llevó mis piernas
la estatua de la plaza utópica me habla
“debo lo que no debo a quién no me debe nada”
una flor es hermosa y vive unos días
sentí cuándo te olía
“¿Qué le queda a un vampiro aparte del suicidio?”
me decías
y pensé callado
“un amor que no muera al alba”
presentía
15 may 2018
28 ene 2018
allá, donde habita la luz
la pureza del agua descansa en sus manos
el silencio es oro azul
y la caricia de su piel,
nunca pensé que un dolor fuese tan hermoso
como el rayo de luz que pasa sobre las cortinas
no sé si soy feliz por sentir tanta belleza
todo lastima por tener una diáfana fragilidad
que se rompe con cualquier mal pensamiento
en esa pampa blanca del polo norte en tu aliento
allí, Veera me abrazabas hasta hoy
dejándome un domingo abandonado en la garganta
camino en las arenas tortuosas de la rutina ahora
y me rebalsan lágrimas secas por haber huido
del desierto caminado sin saber que te perdí
mi huida preferida, mi escape fuera del paraíso
mi diamante de la nieve sobre las nubes ya lejanas
mi amor más imposible que real, pero que fue real,
ya no lo es
¿encontraste alguien para vivir sin mí?
¿tus hijos ya no tienen mis ojos?
¿serás feliz en aquella paz de las paredes invisibles?
Oh, qué ceguera estúpida de mi ambición absurda
ambición de pueblo perdido en un hormiguero olvidado
no me lo pude ver, pertenecer, estar en mi salvación
a tu lado, nada más que tu lado, amor blanco de luz.
lejos de protección de tus rezos que tienen tus ojos,
de tu piel indómita de trampas y bulgaridad de los hombres
solo queda en mi manos un vuelto del infierno,
la llama de la indecisión quemando la planta de mis pies
que me hacen dudar la direccíon de mi voráz huida
atado a las cobardes cadenas de la miseria
mi alma quedará con la basura de las calles
tratando de hacer muecas con la gente
ocultando mi desdicha entre los tontos
tragándome la llave de salida
abrazando mi propia jaula de los gestos
la pureza del agua descansa en sus manos
el silencio es oro azul
y la caricia de su piel,
nunca pensé que un dolor fuese tan hermoso
como el rayo de luz que pasa sobre las cortinas
no sé si soy feliz por sentir tanta belleza
todo lastima por tener una diáfana fragilidad
que se rompe con cualquier mal pensamiento
en esa pampa blanca del polo norte en tu aliento
allí, Veera me abrazabas hasta hoy
dejándome un domingo abandonado en la garganta
camino en las arenas tortuosas de la rutina ahora
y me rebalsan lágrimas secas por haber huido
del desierto caminado sin saber que te perdí
mi huida preferida, mi escape fuera del paraíso
mi diamante de la nieve sobre las nubes ya lejanas
mi amor más imposible que real, pero que fue real,
ya no lo es
¿encontraste alguien para vivir sin mí?
¿tus hijos ya no tienen mis ojos?
¿serás feliz en aquella paz de las paredes invisibles?
Oh, qué ceguera estúpida de mi ambición absurda
ambición de pueblo perdido en un hormiguero olvidado
no me lo pude ver, pertenecer, estar en mi salvación
a tu lado, nada más que tu lado, amor blanco de luz.
lejos de protección de tus rezos que tienen tus ojos,
de tu piel indómita de trampas y bulgaridad de los hombres
solo queda en mi manos un vuelto del infierno,
la llama de la indecisión quemando la planta de mis pies
que me hacen dudar la direccíon de mi voráz huida
atado a las cobardes cadenas de la miseria
mi alma quedará con la basura de las calles
tratando de hacer muecas con la gente
ocultando mi desdicha entre los tontos
tragándome la llave de salida
abrazando mi propia jaula de los gestos
25 ene 2018
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