conté las canicas que me quedan

conté sin números

con ritmo

un sordo silencio

los conté y son heridas

soy mancha en tu mundo

de las que duelen

soy de té amargo

el salir, es irse para volver en tu recuerdo

te pueblo, te ausento, 

la comida caliente tiene el humo 

como fantasma de invierno

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La sabana despierta azul
Ya no es amarilla,
ya no hace calor.
Es de noche. 
Las estrellas son frías.
La noche total.
No puedo separarme.
Me ha tragado. 
Me come.
Me toca, me manosea.
Me tantea. 
No me conoce, supongo.
Por eso me mide. 
Quien eres me dice?
Poniéndome sus muros invisibles.
Descanso. Eso creo.
Es un sueño eso es cierto.
Pero todo es así. Mis pensamientos.
Mis dudas mis temores, 
llegare a Gibraltar?
No se puede, no puedo calcular.
No me resigno a dormir.
Siento el desconocido
Terror.
De no conocerte o noche, quien eres?
Ahora se que el cielo no es el mismo.
Que no eres la misma acá de este lado del charco.
Me arropo, y no se porque recuerdo a mi abuela.
Quizás como talismán. Ahora lo se estoy loco.
Le increpo a la noche que soy su nieto, que por eso
Me respete. Y me perdone.
De meter mi nariz a husmear en
Ella. Era turista. 
Ahora se que soy huésped.
Respiro aliviado. 
La transpiración se va secando.
La fiebre merma. El aire me levanta.
Me pongo los zapatos. 
Como vistiéndome para el triunfo.
Creo haberlo logrado. 
Creo ser invitado.
Me escapo de la tienda y busco la arena.
La noche esta conmigo. 
Me acerco al mar.
Espero el amanecer junto a un perro.




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