frente a la derrota
el vestuario que posees se hace invisible
frente a la piel avejentada
la belleza es humilde

una voz me dijo que siga mirando el río
pero ya no lo veo
solo puedo prestar atención en los brilos
plateados, estrellados, que mueren
pero hacen la epidermis de la víbora
de la vida oscura, de los hongos
que comen las frutas viejas
quizás, el arte es solo una pastilla
y una sonrisa de mi padre vale más
que hacer una canción tirada al vacío

otra vez en la arena
comiendo un budín
une la harina amarilla
con la arena blanca

no es posible salir
pero sí es posible entrar

no dejes que comience la degradación
qué hay ahora...
si vamos a la muerte
una danza del fuego
que se apagará en la noche
cuando todos duerman