28 nov 2017

A Julia:

Siete míos llegaron a tu sueño
Cada uno te enseñó:

que te amo,
que me muero
me ausento
doy vida
soy indiferente
tu cómplice
y fantasma

los siete míos son tuyos.

el amor no es amistad.
reír no es amar.
temer tampoco.

Todavia me tocan esos rayos de luz
Que pasaban por los árboles al salir de tu velorio

Afuera todo sigue y allá, la muerte.

21 nov 2017


ella para hablar, ella para besar, ella para correr, ella para reír, ella para callar, ella para dormir

so

ella para hablar, ella para besar, ella para correr, ella para reír, ella para callar, ella para dormir








La corbata en el cuello
Del espejo
Cae un despertar:
                 La ambición me devoró 20 años…

ya no se es ese hombre
Tampoco esa hermosa corbata lo es.

La cuchara perdida en la sopa:
                  Todo este miedo me llevó a estar rodeado de personas
que no son mi familia.

20 nov 2017


en la resaca del día
no esperes una mano
no desees que te lleven
por la oscuridad del laberinto durmiente
solo está lo perdido
lo olvidado antes de ser olvidado
gratificado por el desprecio

11 nov 2017

Caminamos juntos. Ella, simio con aros, coqueta y simpática. Así eramos, presuntamente autodiferenciados con los otros, los animales civilizados. Monos parlanchines con atuendos que pretenden diferenciarse entre ellos.
 La luna salió a las dos de la noche. Era tan tarde por lo secretamente hermosa. Medio rostro de un oro propiamente lunar. Amarillo extraño en la oscuridad que fagocita las líneas del horizonte isleño, un Paraná negro, difuso y vivo. Como el lomo de un caballo en un cuarto oscuro. “Mirá la luna”, le dije. Y miró un rato, como si tratara de una silla, una mesa o cualquier cosa inventada por estos simios con ropa.  La luna, era única, anterior a nosotros, cómo no amarla, cómo no desearla y venerarla. No me indigné. Como en otro momento lo hubiera hecho. No me importó. El éxtasis oculto y modesto emergía como Ella, la luna. Hermosura que no había visto jamás. Frené. Ella frenó. Para esperarme, no para contemplar. Me planté más en la decisión de contemplar. Ella continuó la inercia de la espera y comenzó a hablar de alguna mesa, una silla o cualquier otro invento poco importante. “La beso”, pensé. Volví a contemplar a Ella, la luna, en cambio ella minúscula miraba un galpón detrás nuestro. Mis brazos, como otro ser que decide solo. Levantaron mis manos y las llevaron a su cuello. Muy suavemente, sin tiempo. Atemporal. El pie izquierdo avanza, llevando mi rostro hacia el de ella, Ana. Para tomarla. La besé y ella me tomó. De espaldas a Ella, la luna. Que consu rostro dorador lunar me iluminaba, me miraba. Entonces ella comenzó a ser el medium para besar verdadermanete a la luna. La miraba detrás de su orejas, besaba su rostro iluminado y su rostro oscuro, a su vez el lado inconciente de ella, a su vez sus labios carnosos, a su vez los hermosos cráteres de la diosa, a su vez los tres, sin que ella los sepa, aunque sentía mi amor a la luna multiplicado para ella.

6 nov 2017


en la taradez de las líneas
nos encontraremos
en la mueca a oscuras
quizás perdidos
en la velocidad del sueño
para pegar el zarpaso
antes de abrir el ojo
de todo lo falso
 tormenta sin rayos
del rugido oscuro
 como jauría fantasmal
  recorriendo el cuerpo
la bruma del terror



1 nov 2017



encuentra un techo
después de la explosión
un refugio para el alma
un debajo de la mesa
aléjate de los salvajes
hijos de la araña que te envuelve
dentro de las oficinas plagadas por espinas
en la noche enroscada en los dedos de tu demonio
que no te quiebren hoy
es un día más
para resistir
por ellos y nosotros
sostén los sueños
de ellos y nosotros