8 sept 2014




las venas suenan a tristes cuerdas de una guitarra añeja
hierve la angustia, cuece sus flores de balas
germina la muerte  en una estación pretérita
el Sol se aleja mientras acaricias las uñas en el mármol

miras el techo, cierras los ojos, te entregas a caer
la vida está partida en cristales sordamente ofendidos
el beso, la velocidad, el aire de tus hermanos
son regalos que dejan las plantas de un cementerio