planeaba armar un cigarro cuando llegue
lo único que quedaba
era disfrutar lo que quedase
manso esperé el final
y armé con aparente seguridad
la lengua en el papel
y tocarse la boca
para saber que se estaba ahí,
con uno mismo y lo demás,
porque del humo entre los dedos...
nada iba a quedar
solo la ausencia es un sabor en los pulmones