1 abr 2014

granos de sal de amor
pocos para dejar simpatía
algo de una lejana ternura
tranquilos, sonrío...

susurra el viento
tu armónica voz del alma

y canta la sirena del vacío
y no de la tentación
sino porque estás anonadada
fallas en tu intento audaz mortuorio

la sirena vacila su aventura

duda si entregarse, y repite su audaz maniobra
juega a la piedra hueca, que retumba sin memoria
incómoda razón de ser... te quedan cajas de
pastillas muertas, te queda una claridad confusa ...
perdíste el limbo atónito de un desierto rico
perdiste calma, perdiste esencia, tristeza que no te ves...
en un lunático orden es lúcida mi huida