siempre soñé con eso
y él lo hacía, así
cómo la nada misma
soñando paredes
se sentó conmigo
tuve el placer de preguntarle qué
aunque responda únicamente:
"la mágia no habla
la mágia no habla"
sentí escuchar
como trompetillas
que venían de los azulejos
en sus estruendosos
reflejos informes
menos familiares
que los de la cuchara
al día siguiente con el comerciante me encontré
le conté todo con fútiles palabras
él quiso publicar la historia
comprarme la historia
comprarme el secreto
guardé silencio
pero insistió
no me vendo
esa palabra
soy yo